sábado, 14 de abril de 2018

¿Cómo controlar las emociones?


Cuando hablo de emociones, me gusta pensar que es un vehículo, cuya velocidad depende del control que cada uno de nosotros posee... el piloto de ese auto es sin duda cada uno de nosotros, si chocamos, si frenamos o no avanzamos es el resultado de como nos manejamos en la vida. 

Mucha gente presume de como se impone ante los demás, diciendo "verdades", otros presumen de su infinita paciencia, en fin que cada uno cree tener la razón... pero en el silencio de nuestros pensamientos sabemos que no siempre nos controlamos como nos gustaría.
Al igual que los buenos hábitos de comida, de sueño, de convivencia, las emociones se aprenden a controlar, no es nato; un niño que hace berrinche a los cinco años, debe aprender que no todo lo que desea recibirá, que hay limites, eso lo aprende a fuerza de muchos no, de negativas y de llanto... pero hay chicos con 10 años, aun haciendo berrinches, hay adolescentes y adultos que tambien los hacen, y ante este escenario hay adultos que debemos soportar los berrrinches de otros y manejarlos, digerirlos, procesarlos y obviamente impedir que no nos afecten. 

¿Cómo manejamos las emociones?:

1º - Las emociones son sentimientos y no el timón de la vida. No me gobiernan ni tienen control por sí mismas, Soy Yo quién decide hasta donde me afectaran. 

2º- Pausas, para cada emoción y reacción debe existir una pausa de pensamiento, lo que nos diferencia de otros animales es racionalizar lo que vivimos, no vamos por la vida dejándonos llevar por lo que sentimos. 

3º- Respirar, cuando te ponen una inyección o te extraen sangre te piden que respires, el mero hecho de concentrarte en tu respiración disminuye el dolor del "pinchazo", pasa lo mismo con las emociones, respira controla unas cinco respiraciones y podrás manejar mejor lo que estés viviendo. 

4º- Encuentra motivos, para ocuparte... una mente ocupada no sobredimensiona sus emociones, las vive y las aparta de su existencia. 


Recuerda que tu debes y puedes dominar tus emociones y no al revés; el control de lo que ocurre en tu entorno no es de los demás, nadie te enoja, nadie te daña, tu permites que lo que ellos hagan te afecte. CONTROLATE.


VÍDEO

jueves, 12 de abril de 2018

¿Cuales son las emociones más destructivas para nuestra salud?



Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos experimentamos a diario aunque no siempre seamos conscientes de ello. Son de carácter universal, bastante independientes de la cultura y generan cambios en la experiencia afectiva, en la activación fisiológica y en la conducta expresiva. 

Las emociones surgen ante situaciones relevantes que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad…y nos preparan para poder dar una respuesta adaptativa a esa situación. A lo largo de nuestra evolución como especie, gracias a las emociones hemos podido responder rápidamente ante aquellos estímulos que amenazaban nuestro bienestar físico o psicológico, garantizando nuestra supervivencia. Además de esta función primordial adaptativa, las emociones cumplen una función social y otra motivacional. A través de la primera, facilitan la interacción social, permitiendo la comunicación de los estados afectivos y promoviendo la conducta prosocial.

La emoción es la encargada de energizar una conducta motivada, aquella caracterizada por poseer dirección e intensidad. Una conducta “cargada” emocionalmente se realiza de forma más vigorosa y se ejecutará de forma más eficaz, adaptándose a cada exigencia.

El miedo-ansiedad, la ira, la tristeza-depresión y el asco son reacciones emocionales básicas que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable o negativa y una alta activación fisiológica. Las tres primeras son las emociones más estudiadas en relación con el proceso salud-enfermedad.

En un primer momento, las emociones se consideran adaptativas y dependerán de la evaluación que la persona haga del estímulo, es decir, del significado que le dé a este, y de la respuesta de afrontamiento que genere. Existen estímulos emocionales objetivamente perturbadores que pueden no dejar secuelas, y al contrario, otros estímulos emocionales aparentemente inocuos pueden llegar a ocasionar un daño más o menos importante. La diferencia entre las dos posibilidades estriba en la percepción que cada persona tiene de esos estímulos.

Dependiendo de esa percepción, puede surgir una respuesta desadaptativa, es decir, permanecemos indefinidamente enfadados, tristes, ansiosos o aterrados, una vez desaparecido el estímulo inicial; con el consiguiente sobreesfuerzo, insostenible en el tiempo, y un sobrecoste en forma de trastorno de la salud, física y mental.

Hay varias explicaciones por las que un elevado estado de emocionalidad negativa puede tener consecuencias para la salud:
La ira, tristeza, ansiedad o depresión de manera intensa, tienden a producir  cambios de conducta que hace que abandonemos hábitos saludables como la alimentación equilibrada, el ejercicio físico o la vida social y los sustituyamos por otros como el sedentarismo o la adicciones (tabaco, alcohol) para contrarrestar o eliminar estas experiencias emocionales.

Las reacciones emocionales que mencionamos  prolongadas en el tiempo mantienen niveles de activación fisiológica intensos que pueden deteriorar nuestra salud. 

Cuales son los problemas de salud que generan estas emociones: 
La activación del sistema nervioso autónomo con elevación de la frecuencia cardíaca, hipertensión arterial, aumento de la tensión muscular, disfunción central de la neurotransmisión, activación del eje hipotalámico-hipofisario-corticosuprarrenal con perturbación de ritmos circadianos de cortisol etc. Esta alta activación fisiológica puede estar asociada a un cierto grado de inmunosupresión, lo que nos vuelve más vulnerables al desarrollo de enfermedades infecciosas o de tipo inmunológico.

En relación a los trastornos cardiovasculares, varios estudios han mostrado que la depresión es un factor de riesgo significativo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardíaca y también se ha relacionado con una peor evolución de los pacientes coronarios.

Otro de los factores asociados a los trastornos cardiovasculares ha sido el síndrome ira-hostilidad-agresión. Se descubrió que la alta expresión de la ira se asociaba a la presencia de enfermedad arterial coronaria mientras que los rasgos de ira/hostilidad estaban asociados a un incremento de síntomas, sobre todo dolor torácico no asociado a angina en mujeres sin enfermedad arterial coronaria. Por último, la Organización Mundial de la Salud ha reconocido el papel relevante que puede jugar el estrés en la hipertensión aunque también acepta la dificultad de cuantificar esa influencia en el desarrollo de la enfermedad.

En definitiva, existe una relación estrecha entre emociones y salud:  La reacción ante determinadas situaciones y las emociones son diferentes en cada individuo. Hay personas que ante un exceso de carga emocional tienen problemas físicos (cefáleas o trastornos digestivos) cognitivos (excesiva preocupación, obsesiones) o conductuales (adicciones). Por tanto, hay un síntoma de alarma diferente para cada persona.

La investigadora Bárbara Fredrickson ha abierto una línea de investigación centrada específicamente en las emociones positivas y en su valor adaptativo. Ha planteado la Teoría abierta y construida de las emociones positivas (Fredrickson, 1998, 2001), que sostiene que emociones como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción, el orgullo, la complacencia… comparten la propiedad de ampliar los repertorios de pensamiento y de acción de las personas y de construir reservas de recursos físicos, intelectuales, psicológicos y sociales disponibles para hacer frente a los momentos de crisis.

Cuando una persona posee estrategias y habilidades suficientes para hacer frente a esas situaciones generadoras de cargas emocionales, es poco probable que causen algún daño; sin embargo, en ausencia de esas destrezas, un individuo puede verse desbordado por una situación que probablemente, sólo es insuperable desde su propia percepción.

Los factores psicológicos constituyen un componente más de la ecuación en el abordaje de la enfermedad, controlar nuestras emociones, aprender a dominar nuestra ira puede ser la diferencia entre graves problemas médicos. 

domingo, 8 de abril de 2018

¿Cómo saber si tu cuerpo esta intoxicado y que hacer?




Tu cuerpo está tan bien diseñado,  que aguanta todos los abusos que cometemos en su contra;  durante años se acostumbra a que fumes, a que tomes alcohol regularmente, a que comas carne roja, a que ingieras drogas pesadas, a que no duermas, incluso a que no tomes el AGUA que necesitas para evacuar toda la comida basura que ingieres, los cadáveres de células que mueren diariamente y los residuos metabólicos de todas sus células sanas. Se acostumbra a vivir con poquísima AGUA, pero acumula poco a poco toxinas, kilos de carne en descomposición, ácidos, exceso de proteínas, cálculos biliares, bacterias, mohos, hongos, patógenos, radicales libres, grasas saturadas, metales pesados.